Las plumas del pecho de una ave pueden revelar si la especie es víctima de la contaminación por mercurio. Para analizar la magnitud del impacto de este metal pesado, usado en la minería de oro en la región de Madre de Dios, en la Amazonía de Perú, un equipo de científicos reunió muestras de 119 distintas especies de aves. ¿Qué encontraron? Niveles excesivos de mercurio, sobre todo en aquellos individuos que se alimentan de peces y de insectos.
El problema de esta exposición al mercurio es que las consecuencias pueden ser críticas. “Todos estos casos pueden llevar a una disminución del éxito reproductivo de las aves y, por lo tanto, a una reducción de sus poblaciones”, dice Jessica Pisconte, investigadora del programa de mercurio en el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA).
El estudio liderado por diez científicos de esta organización y de la Universidad de Wake Forest en los Estados Unidos, WWF, entre otras instituciones, halló también una correlación entre el tamaño de las pozas de agua afectadas por los desechos mineros y la contaminación por mercurio en aves. Mientras más grandes las pozas, mayor la contaminación de los animales.
La investigación, publicada en la revista científica Ecotoxicology en febrero de 2024, encontró, además, que en la región de Madre de Dios se encuentran algunas de las especies más contaminadas con mercurio de todo Sudamérica. Por ejemplo, el pájaro martín pescador verde (Chloroceryle americana) tiene una concentración de mercurio de las más altas reportadas, hasta el momento, en América del Sur.
¿Qué otras especies son víctimas de la contaminación por mercurio en la Amazonía peruana? ¿En qué lugares han detectado este problema los científicos?
Las poblaciones más afectadas
El estudio se realizó en Madre de Dios, región amazónica de Perú donde la minería ilegal de oro lleva más de 30 años operando y se calcula libera alrededor de 181 toneladas de mercurio al año.
Parte de la metodología de trabajo incluyó comparar zonas donde ha existido extracción aurífera a lo largo de los años con un lugar muy bien conservado. El objetivo era determinar si las altas concentraciones de mercurio en las aves se debían específicamente a la minería o si podían existir otras causas probables.
Entre los focos mineros estudiados estuvieron Inambari y Laberinto, localidades que son parte del “Corredor Minero” y donde existen concesiones mineras legales. También se incluyeron áreas como los Amigos y Azul, que están situadas la primera dentro de un área de conservación privada y la segunda dentro de la Reserva Nacional Tambopata, ambas ubicadas en una zona donde la minería ilegal constituye aún una amenaza. Por otro lado, el espacio no afectado elegido fue La Torre, también dentro de la reserva Tambopata, pero en un área donde la minería no ha llegado.
“En sectores impactados por minería las concentraciones son más elevadas frente al lugar de control [La Torre]. Esta misma tendencia se observó en el sector Azul, impactado dentro de la Reserva Nacional Tambopata”, explica Pisconte.
Los resultados fueron claros: en las zonas de minería había una concentración de 3.14 a 7.97 microgramos por gramo de mercurio, mientras que en el sitio sin afectación la presencia del metal era de 0.47 a 0.42, una cifra significativamente inferior.
Los científicos tomaron muestras, entre julio y octubre de 2019, de 361 individuos de aves de 119 especies diferentes. Las muestras recolectadas fueron las plumas del pecho de estos animales, pues tienen la particularidad de almacenar el mercurio a través del tiempo. Cada una de ellas fue limpiada con ácido nítrico para prevenir el riesgo de una posible contaminación. “Medimos el mercurio en las plumas por su fácil colecta, almacenamiento y transporte. Las plumas nos permiten también medir la exposición al mercurio a través de la dieta, específicamente durante la época de crecimiento de la pluma”, explica Pisconte.
Luego, las muestras fueron sometidas a estudios de presencia de mercurio en Puerto Maldonado, en el Laboratorio de Mercurio y Química Ambiental (LAMQA), administrado en conjunto por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) del Ministerio de Ambiente y el CINCIA. Tras analizar los datos de las distintas especies y sus concentraciones de mercurio con el uso de modelos estadísticos, hallaron las especies que presentan la situación más alarmante.
Así hallaron, por ejemplo, que el martín pescador verde (Chloroceryle americana), el martín pescador verdirrufo (Chloroceryle inda) y el martín pescador amazónico (Chloroceryle amazona) presentan niveles muy altos de mercurio. De hecho, la concentración de este metal pesado en el martín pescador verde (Chloroceryle americana) es de los más altos registrados enen Sudamérica: 72.7 microgramos por gramo. Los científicos entrevistados por Mongabay Latam precisaron que, las aves que se alimentan de peces, como es el caso de las especies mencionadas, son las que están más expuestas, por, lo que puede verse afectada su salud reproductiva. .
Luis Fernández, coautor del estudio, profesor de investigación de biología de la Universidad Wake Forest y director ejecutivo de CINCIA señala que las especies de martín pescador analizadas en Madre de Dios presentan los niveles “más altos que se han reportado en la Amazonía”.
Lo que comen los depredadores
Los investigadores explican que la respuesta a por qué las aves que se alimentan de peces tienen más concentraciones de mercurio está en la cadena trófica. Básicamente, cuando un animal consume otro que ya está contaminado, los niveles del metal pesado se magnifican en el individuo depredador. “Algunas aves se encuentran más expuestas debido a su preferencia de alimentación basada en peces, y estos por su posición en la cadena trófica acuática pueden incrementar aún más los niveles de mercurio”, dice Pisconte.
La experta señala que, aunque falta indagar más, los hallazgos científicos en Norteamérica sugerirían que el mercurio genera un impacto en el sistema nervioso, hormonal y reproductivo de las aves. Por ello, Claudia Vega, directora del Programa de Mercurio del CINCIA, teme que la contaminación genere la “reducción de poblaciones, efecto comprobado en el hemisferio norte”.
Pero los científicos analizaron también a las aves que se alimentan de insectos. Estudiaron un total de 76 especies y detectaron niveles altos de mercurio. Algunas de las que comen insectos y presentaron altos niveles del metal pesado son el hornero de pata pálida (Furnarius leucopus), el jacana común (Jacana jacana) y el hormiguero de garganta blanca (Oneilornis Salvini). Los niveles de mercurio en las especies que comen insectos fueron muy superiores a los encontrados en estudios previos en Colombia y en California, Estados Unidos. Pisconte señala que estos niveles se deben a que “las aves insectívoras también incorporan en su dieta organismos de hábitos predadores como las hormigas y arañas. Entonces ambos, al ser predadores, tienden a concentrar mercurio que luego transfieren a las aves”. En pocas palabras, comen animales que también ya están contaminados por las presas de las que se alimentan. Claudia Vega, explica que estos insectos son “predadores ligados a cadenas tróficas acuáticas capaces de concentrar mercurio”.
Luis Fernández explica que “se trata de una cadena de transformaciones tróficas. Por ejemplo, había una larva que comió otro animal, vamos a decir, una libélula. Sale la libélula, viene un pájaro y la come. Ahora el pájaro está contaminado”.
El estudio también es novedoso debido a que normalmente las investigaciones sobre concentración de mercurio se enfocan en las poblaciones humanas y en los peces, pero no tanto en el impacto del contaminante “en la biodiversidad de los bosques tropicales”. Vega señala que la innovación consistió en que “no se habían hecho estudios de esta envergadura con tantas especies de aves, grupos alimenticios y sitios de colecta”. El grupo de académicos que lidera la investigación también ha examinado recientemente la presencia de mercurio en murciélagos y planea ahora continuar con otros mamíferos. Pisconte comenta que es el primer estudio de gran escala que se realiza en Madre de Dios y que midió múltiples concesiones mineras y áreas protegidas, con un muestreo amplio.
Mientras que el estudio actual se enfocó en zonas donde hubo minería con bombas de succión, los investigadores ahora están concentrados en indagar la situación en zonas donde se usa maquinaria pesada como retroexcavadoras “para entender la influencia de esta tecnología en la exposición de mercurio”. Habrá que esperar para observar qué impacto tiene la biodiversidad y la fauna en estos sectores.
*Imagen principal: Jessica Pisconte, investigadora del programa de mercurio en el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), extraer muestras de las aves de Madre de Dios. Foto: CINCIA.