Solo el 9% de economía mundial aplica la economía circular

Este sistema es bueno tanto para los negocios, las personas y para el medio ambiente.

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La economía circular sienta sus bases en tres principios: hacer circular productos y materiales, eliminar los desechos y la contaminación, y regenerar la naturaleza. Este sistema tiene como fin aprovechar los recursos.

De hecho, la directora ejecutiva de Sistema B, Mariale Soto, lo explica del siguiente modo: “Usualmente adquirimos un producto, lo usamos y luego lo desechamos. A esto le llamamos economía lineal. Sin embargo, debemos cambiar el concepto que tenemos del desperdicio y reflexionar la forma en la que producimos y consumimos”.

En nuestro país existen empresas que apuestan por este cambio. Entre ellas están: Sugo que recupera productos en riesgo de descarte y los comercializa con descuentos de hasta el 90%; Sinba, asesora en reciclaje de residuos orgánicos a restaurantes; y Textil del Valle, que recicla mermas de corte y remalle para convertirlos en frazadas para comunidades vulnerables a friajes.

Estas instituciones, que se les denomina empresas B, lograron beneficiar a más de 90 mil familias, salvar más de 3 millones de productos, evitar 129 mil toneladas de CO2, evitar deforestar árboles, ahorrar agua y energía. 

No obstante, aún el problema radica en el número de instituciones que adoptan este tipo de economías, pues solo el 9% de la economía mundial las aplica.

Sistema B apunta a una economía que cree valor integral para el mundo y la Tierra, promoviendo formas de organización económica que puedan ser medidas desde el bienestar de las personas, las sociedades y de la Tierra.