Para los próximos años, empresas extranjeras invertirán US$469 millones en tres regiones del país.
No hay organización seria en el Perú que no considere de suma relevancia alcanzar y sostener un crecimiento económico más intenso que el actual, o recuperar el ritmo anterior, procurando asegurar una política energética que garantice una producción ambiental y socialmente sostenible.
Tampoco es motivo de duda, la opinión de que la matriz energética de nuestro país debe reducir su dependencia de los hidrocarburos, con el correcto aprovechamiento de la hidroenergía, así como el aprovechamiento de las oportunidades que ofrecen las fuentes renovables no convencionales, como la energía solar y eólica, cuyo avance tecnológico ya asegura un rendimiento más que atractivo.
Si bien hoy puede existir una sobreoferta en la producción de energía, nadie debe olvidar que a partir del 2010, cuando disfrutábamos de un alto crecimiento económico, algunas regiones sufrieron cortes en el servicio eléctrico debido a una sobredemanda del recurso.
Según el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES) la producción de energía eléctrica en el 2018 fue de 50.816,79 gigavatios-hora (GWh), lo que representa un incremento de 1.823,53 GWh (3,7%) en comparación con el año 2017. En los dos primeros meses del presente año la producción de energía eléctrica creció en 5,6% respecto a similar periodo del año anterior.
Estos datos son congruentes con la evolución del PBI del subsector electricidad y gas, reportado por el Instituto Nacional de Estadística (INEI), el cual creció en 4,5% en 2018 y en enero del presente año en 5,2% y 43,5% en electricidad y gas, respectivamente. Por tipo de generadora, las hidroeléctricas contribuyen con el 57,8% de la oferta energética y el 37,8% a través de termoeléctricas.
Hay que recalcar que los recursos energéticos utilizados para la generación de electricidad en el Perú proceden en un 95,6 % de recursos no renovables, dentro de los cuales la generación hidráulica y el gas natural de Camisea (energía termoeléctrica) significaron el 57,8 % y 37,2 % de recursos no renovables, respectivamente.
En tanto, el restante 5 % se origina de recursos energéticos renovables como energía eólica (2,9 %) y solar (1,5 %), entre las más importantes.
TENDENCIA MUNDIAL
Los distintos formatos de las energías renovables (biomasa, eólica, solar y oceánica), junto con el avance tecnológico, son el futuro de la energía. Prácticamente todos los países en el mundo, en la medida de sus posibilidades, han diseñado políticas de largo plazo para incrementar la cuota de energía renovable buscando la eficiencia energética. Pero el esfuerzo es insuficiente. La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA por sus siglas en inglés), organización que apoya a los países en su transición energética, advierte que la energía renovable deberá crecer a un ritmo seis veces mayor para que el mundo cumpla los objetivos del Acuerdo de París.
IRENA estima que China, la nueva superpotencia mundial, podría incrementar su cuota renovable de 7 % en el 2015 a 67 % en 2050. Por su parte, la Unión Europea pasaría de 17% a más del 70 %, mientras que India y EE.UU., incrementarán su cuota hasta en dos tercios. Para el 2035 la mitad de la capacidad eléctrica instalada en el mundo se basaría en energías renovables.
La tendencia de una década de fuerte crecimiento de la capacidad de energía renovable continuó en 2018 con adiciones globales de 171 gigavatios (GW), según IRENA. El aumento anual del 7,9 % se vio reforzado por las nuevas incorporaciones de la energía solar y eólica, que representaron el 84 % del crecimiento. Un tercio de la capacidad energética mundial se basa ahora en energías renovables.
Las cifras del 2018 sólo confirman la tendencia. Hay un crecimiento de las tecnologías renovables en todas las regiones del mundo, aunque a diferentes velocidades. Si bien Asia representa el 61 % del total de nuevas instalaciones de energía renovable y aumentó la capacidad instalada de energía renovable en un 11,4 %, el crecimiento fue más rápido se dio en Oceanía, donde se registró un aumento del 17,7 % en 2018. El 8,4 % de crecimiento de África lo sitúa en el tercer lugar, justo detrás de Asia. Casi dos tercios de toda la nueva capacidad de generación de energía añadida en 2018 procedían de fuentes renovables, lideradas por economías emergentes y en desarrollo. “Gracias a un convincente argumento comercial, la energía renovable se ha establecido como la tecnología preferida para la nueva capacidad de generación de energía”, aseguró el director general de la IRENA, Adnan Z. Amin.
LAS INVERSIONES
El presidente del Consejo Directivo del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minas (Osinergmin), Daniel Schmerler, considera que si se toman en cuenta las fuentes de energía renovable, el Perú debe concentrarse en aquellas que posee en abundancia, como la energía solar y la eólica. Advirtió que algunos países vecinos tienen una ventaja comparativa: para los contratos de las empresas que se dedican a energías renovables se separaron la potencia y energía. En el Perú se obliga a presentar estos dos puntos de manera simultánea, lo que es un limitante. El Osinergmin ya comprobó que el requisito de la potencia firme las hace menos competitivas frente a otras fuentes ya consolidadas. Por eso emitió una disposición que regula la potencia firme. Ello favoreció especialmente a quienes trabajan en el rubro de la energía eólica.
A febrero de 2019 el Osinergmin supervisó los contratos de 46 proyectos de generación de energía eléctrica, cuya inversión asciende a US$ 7.425 millones. Esta cartera comprende 39 centrales hidroeléctricas, dos centrales eólicas, dos centrales térmicas y tres centrales biomasa.
Para los próximos tres años se sumará 448.7 MW de potencia instalada verde, gracias a los cuatro proyectos en cartera por US$ 468,8 millones de empresas españolas a desarrollarse en las regiones de Ica, Cajamarca y Arequipa. En esta última el proyecto denominado Parque Solar Matarani, de la empresa GR Contarrama del Grupo Energy, desembolsará US$ 230 millones en su ejecución.