Perú es el segundo país con mayor cantidad de reservas de gas natural en Centroamérica y Sudamérica, con un total de 12.8 TPC (tera pies cúbicos), según la cuarta edición del Informe del Sector Gas Natural en el Perú (ISGN), desarrollado por Promigas y su filial Quavii en 2017.
Sin embargo, el Perú no ha hecho posible que el Gas Natural Vehicular (GNV) sea nuestro principal combustible para autos. Pero, por qué tendríamos esa urgencia si ya contamos con un GLP a lo largo del país para abastecernos.
Es amigable con el medio ambiente y más económico
El GNV es más económico que el GLP por su menor costo de producción y no solo por su precio, si no también por los ahorros en los costos de mantenimiento del vehículo ya que incrementa la vida de ciertos elementos como bujías, sistema de escape, carburador, así como del lubricante.
Además, es más amigable con el medio ambiente por ser un combustible limpio, los productos resultantes de su combustión producen menor contaminación del ambiente, en comparación con otros combustibles automotores como la gasolina y el diésel.
La limpieza en su combustión, explica la reducción en contaminantes emitidos con el GNV. La emisión de CO2 baja un 25 %, se reduce en más de un 80 % la emisión de NOx y más de un 95 % la de partículas y cenizas. E incluso se elimina por completo la presencia de SOx
Es un producto más confiable
El suministro al delta del GNV, es mucho más seguro y confiable que el de los otros combustibles, porque la recepción del producto se realiza directamente a través de las conexiones de gas y no por camiones cisternas. Por otra parte, las características del producto lo hacen difícilmente alterable.
Ayuda a la economía del país
Al ser un producto propio, nosotros controlamos su precios y no dependemos del mercado internacional, y para la Nación representa la generación de ingresos adicionales de divisas, producto de la exportación de los volúmenes de hidrocarburos líquidos liberados en el mercado interno. Además que genera más empleos para todos los peruanos.