China planea que su anunciada estación espacial de energía solar de nivel megavatio y 200 toneladas de peso, esté lista para el 2035, según la Academia de Tecnología Espacial de China (CAST).
La estación de energía solar basada en el espacio capturaría la energía del sol que no llega al planeta, dijo Wang Li, investigador de CAST en el programa, cuando asistió al sexto Foro de Ingeniería China-Rusia celebrado la semana pasada.
La energía se convierte en microondas o láser y luego se transmite de forma inalámbrica a la superficie de la Tierra para el consumo humano, explicó. «Esperamos fortalecer la cooperación internacional y lograr avances científicos y tecnológicos para que la humanidad pueda alcanzar el sueño de la energía limpia ilimitada en una fecha temprana», dijo Wang.
En comparación con la energía fósil tradicional, responsable de problemas ambientales graves, la energía solar basada en el espacio es más eficiente y sostenible, proporcionando una solución confiable de suministro de energía para satélites y áreas afectadas por desastres o áreas aisladas en la Tierra, dijo Wang, citado por Diario del Pueblo en su edición en línea.
El concepto de recolección de energía solar en el espacio fue popularizado por el autor de ciencia ficción Isaac Asimov en 1941. En 1968, Peter Glaser, un ingeniero aeroespacial estadounidense, escribió una propuesta formal para un sistema solar basado en el espacio.
China ha propuesto varias soluciones de recolección de luz solar e hizo una serie de avances importantes en la transmisión inalámbrica de energía desde que el país enumeró la energía solar basada en el espacio como un programa de investigación en 2008.
Sin embargo, la ambición ha sido durante mucho tiempo un desafío para la tecnología actual porque implica el lanzamiento e instalación de numerosos módulos de paneles solares y la transmisión inalámbrica eficiente de megaenergía.
Con una inversión de 28,4 millones de dólares estadounidenses, China está construyendo una base de pruebas en Bishan, al suroeste del país, para la investigación de la transmisión inalámbrica de energía de alta potencia y su impacto en el medio ambiente. En febrero de 2019 se conocieron detalles de estas pruebas, y se fijó en 2040 el horizonte para empezar a recoger energía solar en el espacio.
Europa Press