Las bondades de la digitalización en el sector Energía no lo exime de riesgos. Al contrario: su desarrollo ha abierto una nueva puerta de ingreso para los ciberdelicuentes. Y las RER serían sus principales víctimas.
Como ya se ha dicho en un artículo anterior, el sector Energía es uno de los que presenta mayor incidencia en ciberataques en Perú y el mundo, con especial preferencia por infraestructuras críticas, es decir, las que soportan los servicios esenciales de una sociedad, como centrales nucleares, industrias químicas, embalses, redes energéticas, etc.
Con los beneficios que supone la transición y digitalización de la energía, ello también está arrastrando nuevas amenazas, pues está permitiendo que la ciberdelincuencia halle mayores espacios y facilidades de infiltración, pudiendo causar un caos en las redes eléctricas de las que depende la sociedad.
Esa es la realidad: las redes eléctricas inteligentes y los sistemas conectados a internet suponen una alta exposición a grandes amenazas, lo que puede conducir a cortes de energía o dañar los componentes del sistema eléctrico.
En ese marco, las energías renovables no convencionales conectadas a la red, cuyo desarrollo está estrechamente ligado a las nuevas tecnologías y la internet, se han constituido como muy vulnerables, pues supone miles de posibles puntos de entrada en el sistema energético para los hackers. Del mismo modo, el despliegue de redes inteligentes y medidores.
«la interconectividad es el mayor problema para la seguridad de la red, ya que casi cualquier conexión a Internet puede ser una fuente de un ataque de malware», advierte Omer Shech, un ingeniero de Waterfall Security.
De ese modo, las infraestructuras se digitalizan y las energías renovables traen nuevos actores al sector, como las centrales solares, los aerogeneradores, las electrolineras o los sistemas dedicados al almacenamiento de energía.
Los datos y las operaciones de las compañías se suben a la nube y eso complica la gestión de la ciberseguridad (seguir protegiendo lo que se sube o delegar su protección al gestor de la nube).
Y sobre todo aumenta la preocupación en mantener seguras las instalaciones eólicas y solares que son operadas por control remoto, desde una central de cualquier punto del planeta.
En un mundo que necesariamente transita hacia un modelo digital, inteligente y eficiente de energía, ¿cómo frenar la amenaza e impacto de los ciberataques?