Por Jorge Ágreda. Socio del Área Laboral, EY
Partamos de una premisa básica: una reforma, entendida como una modificación total de las reglas del juego del mercado laboral, no es necesaria. Sin embargo, y eso es innegable, ciertamente se requiere hacer profundos cambios en algunos aspectos para aligerar las grandes obligaciones de las empresas, pero también garantizar la adecuada protección de los trabajadores.
Desde esta humilde tribuna, propongo los siguientes cambios:
- Eliminar la reposición e indemnización por despido arbitrario. Se debería establecer que ante el despido sin causa corresponda el pago de una indemnización tasada. Además. Cundo corresponda, se debería abrir la posibilidad de pagos de indemnizaciones mayores, no superiores a la tasada, que cubran eventuales daños morales.
- Una mejor regulación sobre las vacaciones. Sería mejor pasar a un esquema de días hábiles de vacaciones en donde, en lugar de contabilizarse 30 días calendario por cada año de servicios, el trabajador pase a disfrutar de 22 días hábiles. De esta manera, se lograría una verdadera flexibilidad, y evitaríamos confusiones o abusos.
- Mayor flexibilidad en los procedimientos de cese colectivo. Con la finalidad de que las empresas con pérdidas acumuladas no sigan endeudándose y perjudicando a sus trabajadores, debería implementarse la posibilidad de un procedimiento de cese colectivo más flexible, célere y sin la imposición del mínimo de 10%. Inclusive, podría pensarse en un control posterior, con multas, reposiciones y remuneraciones devengas si se ha usado el cese colectivo de modo fraudulento.
La gran tarea del Derecho Laboral es ser el creador de un marco adecuado y equitativo para la prestación de servicios donde se logre un empleo digno. Si se excede en dicho fin, el equilibrio se romperá y todos (trabajadores, empleadores y la sociedad en su conjunto) nos veremos perjudicados.
Ninguna persona que tenga un empleo digno y formal debería ser pobre. Lamentablemente, en nuestro país, la gran mayoría de trabajadores son pobres; una realidad que debe cambiar si queremos un país más justo.
(Artículo publicado por el Diario Gestión)