- Estados Unidos y otros países deberían evaluar de forma mesurada la decisión de ampliar la fracturación hidráulica (fracking) para incrementar su acceso a la energía, sostienen expertos de Naciones Unidas.
‘El polémico método de extracción de gas natural de las formaciones de la roca madre, debería ser sopesado con cautela’, señaló la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), a la luz de los compromisos climáticos contraídos mediante el Acuerdo de París.
A juicio de la institución, las inversiones en el sector ‘no deberían hacerse a expensas de la implantación de energías renovables y las estrategias de eficiencia energética’.
El gas natural, indicó, debería facilitar una transición sin tropiezos del actual modelo económico, basado principalmente en los combustibles fósiles, a una economía con bajas emisiones de carbono.
Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de aquí a 2030 , está el compromiso de garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, recordó la Unctad.
El gas natural, incluido el de esquisto, ofrece diversas ventajas e inconvenientes en calidad de ‘combustible de transición’ entre grandes fuentes de emisiones de dióxido de carbono (CO2), como el carbón y el petróleo, y las energías renovables.
Una de sus ventajas es el hecho de que las emisiones de CO2 del gas natural por unidad de energía producida son aproximadamente un 40 por ciento inferiores a las del carbón, pero no deja de ser una fuente de emanaciones nocivas.
El metano (CH4) ‒principal componente del gas natural‒ tiene un ciclo de vida más breve que el CO2; sin embargo, su potencial de calentamiento global es 28 veces mayor que el del CO2 en un horizonte de 100 años, dijo la Unctad.
Otra preocupación radica en la gran cantidad de agua empleada en la fracturación hidráulica y los posibles riesgos derivados de la extracción de esquisto debido a la contaminación de las aguas subterráneas y superficiales.
Según la Administración de Información Energética de los Estados Unidos, los recursos técnicamente recuperables de gas de esquisto a escala global rondaban los 215 billones de metros cúbicos en 2015, equivalentes a unos 60 años de consumo mundial.
A la altura de 2015, las producciones norteamericanas representaron el 87 por ciento del total mundial y en julio de 2017 el país pasó a ser un exportador neto de gas natural, acotó el diagnóstico.
Además, por sus grandes inversiones en infraestructuras de licuefacción, podría convertirse en el tercer estado con mayor capacidad de aquí a 2020, después de Australia y Qatar.