Carlos Gonzáles Ávila
Hace un año comentamos sobre los anuncios que, de tiempo en tiempo, se hacen respecto a la inminente llegada de las grandes petroleras del mundo. Decíamos que con las condiciones que el Perú ofrecía, las «grandes» difícilmente vendrían.
Bastó que se propusiera una regalía mínima de 5% para que nuevamente el Perú llame la atención de los inversionistas. El 2017 se firmaron 3 contratos con una petrolera importante y están en trámite de aprobación otro grupo, también con el 5% de regalía mínima.
Sería muy bueno para el país que vengan muchas empresas petroleras grandes. Pero tan bueno como eso o más, es cuidar a las que vinieron a invertir cuando las grandes ni nos miraban.
Intentar atraer a las grandes petroleras no debe sacarnos de la realidad.
En nuestra modesta opinión, los parámetros que acreditan «Capacidad Técnica Superior», para acceder a la Negociación Directa, no se compadecen con la realidad de técnica y económica de los lotes ubicados en Talara o en Puno, por citar sólo dos ejemplos.
¿Acaso sintoniza con la realidad de Talara (Costa Norte), que la empresa petrolera acredite participación en contratos en 10 países o en 25 contratos; o que sea operador en, mínimo, 10 contratos; o que demuestre descubrimientos comerciales superiores a los 20 MMBls de petróleo equivalente?
Con esos parámetros, la mayoría de las empresas petroleras que operan en el Perú desde hace muchos años, no podrían acceder a la Negociación Directa de un Lote. Como que no suena muy justo discriminar así a las empresas que sí apostaron por el Perú en los últimos 25 años.